miércoles, 29 de julio de 2009

LA CONSTRUCCIÓN DE LA IMAGEN CORPORAL SIN IMAGEN VISUAL: EL CASO DE MUJERES CIEGAS. Brenda Araceli Bustos García

Los debates entorno a la ceguera han tenido como eje central la manera en que se construye el conocimiento: ¿es innato, se construye sensorialmente, se construye culturalmente? Estos debates han influenciado las investigaciones empíricas en las que se analiza la construcción de la imagen corporal en las mujeres ciegas ¿se encuentran influenciadas por el discurso hegemónico del ideal de belleza? Estos debates se han llegado a constituir en las siguientes líneas teóricas de análisis:

1. La imagen corporal en personas ciegas como una construcción deformada de la realidad: una perspectiva de análisis ocularcentrista: En esta línea de análisis se considera que ante la carencia de la visión las personas ciegas emplean otros sentidos para crear el conocimiento del mundo, por ejemplo, para ubicarse espacialmente utilizan el tacto. Esta perspectiva de análisis, según Paterson (2006) se caracteriza por: a) existencia en el imaginario social de una noción jerárquica de los sentidos en la que la visión ocupa el lugar central. Desde esta perspectiva el acceso a la realidad, tal cual es, sólo es posible a través de la vista; b) considerado como análogo a la vista se le llega a considerar como un sustituto defectuoso



2. La imagen corporal en personas ciegas como una construcción perceptual: En esta línea de análisis se considera que la imagen corporal no sólo se construye a partir de una referencia visual sino que ésta se puede construir a partir de percepciones y sensaciones abstractas, que éste se puede llegar a experimentar de una manera no consciente (Gallagher, 1986 citado en Bullington y Karlsson). Sin embargo, agregan Bullington y Karlsson en el caso de las personas ciegas la forma natural y espontánea de experimentar el cuerpo se encuentra reprimida por la conceptualización del cuerpo de los videntes. Para los autores las experiencias en torno al cuerpo son de dos niveles: a) insider, la forma subjetiva, la que construye el individuo; b) outsider la que se encuentra regulada por la interacción con los otros. De esta manera se considera que la formación de la imagen corporal, la apariencia física, se verá filtrada por las percepciones, evaluaciones y juicios de los otros
3. La imagen corporal como un acto interpretativo de las mujeres ciegas mediado por el espejo socio-cultural: según esta perspectiva el desarrollo de la imagen corporal se centrará en cómo se sienten antes que en cómo se ven (Kaplan Mirth, 2000: 278). De esta manera se considera que las mujeres ciegas se encuentran tan preocupadas como las mujeres que sí ven, por cómo luce su cuerpo y por como visten. La autora señala que dicha preocupación es generada por la interacción. Las mujeres ciegas saben que las personas que sí ven evaluarán la manera en que ellas se presentan (Kaplan Mirth, 2000: 282). La preocupación por la apariencia visual resulta una paradoja ya que las mujeres ciegas deben conocer acerca de lo que no se conoce: saber si se encuentra bien vestida sin poder mirarlo.

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Corpo, sensibilidades e emoções: narrativas sobre a perda da visão. Luiz Gustavo Pereira de Souza Correia

UFPB/UFRPE
luizgustavopsc@gmail.com

O objetivo desta comunicação é apresentar narrativas sobre experiências da perda da visão de indivíduos com quem dialoguei em Porto Alegre, Rio Grande do Sul, Brasil, durante minha pesquisa para doutoramento em Antropologia Social. São narrativas que traçam relações entre o corpo dos indivíduos e a materialidade do mundo e revelam formas de interação com outros sujeitos urbanos reconfiguradas pela comunicação por códigos não-visuais. A montagem das experiências recontadas justapõe processos e rupturas pessoais contextualizadas pelas temporalidades citadinas, através das construções narrativas como elaborações onde os tempos das apreensões subjetivas se recompõem.

Tais narrativas abrem vias interpretativas ao expor distintas apreensões e agenciamentos do corpo, do tempo e do espaço no cenário urbano pelos indivíduos cegos. Tensões, articulações e rearranjos relatados possibilitam a compreensão dos sentidos das individualidades, das sensibilidades individuais. As emoções expressas nas narrativas, tais como o sofrimento, a vergonha, o luto, a solidão, o medo, ou ainda o sentimento de pertença a um grupo social específico são elementos compreendidos como construções intersubjetivas, elaborações simbólicas dos personagens da sua localização e orientação social. As semelhanças e especificidades expostas nas narrativas são analisadas com o intuito de revelar aspectos das formas de sociabilidade vivenciadas, como os sujeitos se percebem intersubjetivamente nestas interações sociais e ainda como estruturaram suas construções narrativas balizadas pelas referências afetivas e simbólicas de suas experiências corpóreas. Dois espaços específicos em que foi desenvolvida parte da pesquisa de campo são aqui apresentados. Em um primeiro instante, dados colhidos em um “centro de reabilitação e ressocialização” com o objetivo de abordar o manuseio da bengala e a economia de gestos apreendida nas atividades de treinamento. Tais passagens possibilitam reflexões sobre a série de emoções envolvidas na relação entre o corpo, os gestos e os instrumentos materiais. Uma via de compreensão da reconfiguração subjetiva do corpo e sua nova vinculação simbólica aos espaços públicos e privados em que se revela um jogo tenso de identificação e conflito vivido pelos cegos no cotidiano. Em contraste com tal espaço, são apresentadas passagens na ACERGS, Associação de Cegos do Rio Grande do Sul, espaço de sociabilidade onde é perceptível a descontinuidade do cotidiano como subversão nos eventos em que o grupo ali presente rompe a lógica da visualidade e da visibilidade da sociedade. Uma etiqueta distinta, como conjunto de códigos compartilhados e acionados, que ressignifica num determinado recorte espaço-temporal os sentidos de um corpo visível, visto e representado à percepção visual. O manejo do corpo em termos de uma expressão sonora das afetividades e das emoções construía o espaço como lugar próprio aos sujeitos pertencentes ao grupo. A cegueira surge então como elemento do jogo social, fator de semelhança e dessemelhança no cotidiano. O corpo, como condição do indivíduo experienciar os sentidos compartilhados em relação com o mundo, faz circular as emoções que o localizam socialmente e revela as tensões nas trocas intersubjetivas, conflitos e estranhamentos, subversões e reapropriações do cenário e do ritmo urbanos.

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Las emociones y los cuerpos del discurso oficial. Una etnografía de la gestualidad dentro de las políticas de la calidad educativa. César Correa Aria

Profesor Investigador CUCEA. Universidad de Guadalajara
cesarca@hotmail.com

El discurso de la calidad educativa se ha constituido desde las últimas dos décadas en el lenguaje oficial y central de las instituciones de educación superior en todo el mundo. Se trata de la instauración de una gramática global homogeneizante que pretende la institucionalización de nuevas formas de ser, estar, pensar y hacer de los sujetos miembros de estas instituciones. Este discurso oficial global y globalizante, instituido e institucional pretende orientar la acción de los sujetos mediante una retórica persuasiva, basada mayormente en la promesa y provisión de emociones placenteras que se generan gracias a la acumulación de capitales económicos, sociales y culturales. El atesoramiento de estos capitales da forma y soporte a los imaginarios del éxito, la excelencia y el prestigio, bajo el influjo de una racionalidad que superpone la conciencia de las cosas por encima de la conciencia de sí mismos.

El proceso de institucionalización de la gramática de la calidad educativa en los sujetos que componen la comunidad educativa, se difunde mayormente, a través de la norma, del control institucional y del auto control de los sujetos. Esta gramática se inscribe en el cuerpo de los sujetos aglutinándolos en torno a la institución y haciéndolos finalmente, institución. Les empuja a pensar que son dueños de sus cuerpos, de sus emociones y sus deseos, y que son garantes de su propio destino. Allí la auto realización toma la forma narcisista de la individualidad y la distinción. Esta situación posibilita de una parte, nuevas formas de identificación de sí mismos y de los otros a través de una iconografía que tiene por objeto remarcar el status, el prestigio y el nivel privilegiado que esa ontología de la calidad les ha aportado; de otra parte, producen nuevos gestos (posturas) sociales que producen nuevas formas de interacción social entre los portadores de la calidad y los que no los poseen.

Se produce una mutación identitaria que conduce a los sujetos a identificarse a sí mismos y a los otros por la visibilidad y reconocimiento que producen los capitales que acumulan y despliegan. Se reconocen como hijos de una tradición que los adscribe a una institución donde sus emociones y sus cuerpos están supeditados a las nomias y los telos que instituye el discurso oficial de la calidad educativa y donde el reconocimiento se deforma.

Esta investigación realizada en torno a los académicos de universidades mexicanas muestra las configuraciones sociales de estos sujetos, a través de una etnografía de los gestos de los sujetos de calidad y de una tarea hermenéutica-fenoménica en los relatos de sus trayectorias sociales, profesionales y los itinerarios de formación a la luz de la calidad educativa. En el análisis se evidencian nuevos dispositivos de control social, así como nuevas formas de socialización entre aquellos reconocidos y beneficiados por la calidad y aquellos que no lo son.

Palabras claves: Educación superior, calidad educativa, reconocimiento, emociones, cuerpo y gestos de la calidad.

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sábado, 25 de julio de 2009

“Tecnologías infocomunicacionales. Cuerpos que importan en Facebook.” Carolina Emilia Di Próspero

Lic. Ciencias de la Comunicación – UBA. Diplomada en Antropología Social – FLACSO. Maestranda en Antropología Social - FLACSO
Investigadora tesista en el proyecto UBACyT S443 TECNOLOGIAS INFOCOMUNICACIONALES, RUTINAS PERIODISTICAS Y DEMANDAS DE INFORMACION:ENTRE LOS EFECTOS DE AGENDA Y LA CONSTRUCCION DE CIUDADANIA. DIRECTOR: LUCHESSI, LILA EDITH

En el presente paper me propongo analizar la importancia del cuerpo, masculino y femenino, fotografiado dentro de la red social Facebook y, en términos de Judith Butler, intentaré un acercamiento a cuáles son los cuerpos que importan en ese contexto. Utilizaré opiniones de usuarios de Facebook (jóvenes de entre 24 y 40 años residentes en Capital Federal) como disparadores de distintas reflexiones respecto de Facebook.

Las redes sociales

Como analiza Gilles Lipovetsky, ya no respondemos a mensajes tradicionales. Entre otras cuestiones esto está sucediendo porque esta innovación constante, que constituye a la cosa, al objeto en sustancia casi puramente simbólica, de la que habla Lash, cuyo actual soporte paradigmático es Internet, nos incluye como participantes activos e interactivos, algo que tradicional e históricamente no había sucedido. En consecuencia, las producciones se multiplican, o lo que antes no se veía hoy se hace visible y, lo que es más importante, “compartible” globalmente en el contexto que Internet proporciona.

Y dentro de Internet, la forma de “compartir” se da cada vez más a través de las llamadas “redes sociales”. Desde su aparición, estas redes tales como My Space, Facebook, Cyworld, Bebo, han atraído a millones de usuarios, y muchos de ellos han integrado estos sitios a sus prácticas cotidianas. Existen cientos de sitios de redes sociales que apuntan a un amplio rango de intereses y, mientras su contenido tecnológico es consistente, las culturas que emergen alrededor de estos sitios son variadas.

* Las investigadoras Danah Boyd y Nicolle Ellison señalan que muchos de los sitios sostienen el mantenimiento de redes sociales preexistentes pero otros ayudan a extraños a conectarse en base a intereses compartidos.
* Los sitios también varían en su extensión y en la incorporación de información y herramientas nuevas: conectividad móvil, blogging, video, etc (Boyd y Ellison; 2007).
* Las autoras definen estos sitios como servicios de la web que permiten a los individuos construir un perfil público o semi – público dentro de los límites de la red conformada por una lista de usuarios que comparten una conexión, y que ven y recorren su lista de contactos además de las listas hechas por otros dentro del sistema. La naturaleza y nomenclatura de estas conexiones pueden variar de sitio a sitio.
* Lo que hace a estos sitios únicos no es tanto que permite conectarse entre extraños sino que permiten a los usuarios articular y hacer visibles sus redes sociales. Esto trae como resultado conexiones entre individuos que de otro modo no se darían, aunque no es este el objetivo ya que estos encuentros son con mayor frecuencia entre “lazos latentes” que comparten alguna conexión offline.

La red está implementada en estos sitios a través de una lista de amigos, también usuarios del sistema. Cada perfil es una página única que, como individuo, uno debe completar contestando algunas preguntas típicas, tales como edad, lugar de residencia, intereses, además de solicitar adjuntar una foto de perfil. Algunos sitios permiten a sus usuarios enriquecer sus perfiles adicionando contenidos multimedia o customizarlo al propio gusto. La visibilidad del perfil varía de sitio en sitio de acuerdo a la discreción del usuario. Por ejemplo, Linkedln controla lo que se puede ver de acuerdo a si se tiene o no una cuenta paga. Sitios como MySpace permiten a los usuarios elegir si su perfil será público o sólo para que ingresen los amigos. En Facebook, por defecto es posible ver los perfiles de los otros usuarios miembros de la misma red, a menos que el dueño del perfil decida denegar el permiso a los miembros de su red.

En su estudio Ellison, Steinfield y Lampe analizan la relación entre el uso de facebook y la formación y mantenimiento de capital social. Los autores toman el concepto de capital social de Pierre Bourdieu y Loic Wacquant, quienes lo definen como la suma de recursos que un individuo o grupo acumulan en virtud de poseer una red durable de relaciones, más o menos institucionalizadas, de mutuo conocimiento y reconocimiento.

A través de su investigación, describen tres dimensiones se ven aumentadas por el uso de FCBK y sitios similares: acortamiento, vinculación y mantenimiento de capital social. Éstas permiten a sus usuarios crear y mantener largas redes de relaciones de lazos débiles, sobre todo debido a que las nuevas tecnologías propician el mantenimiento de tales lazos fácilmente y a muy bajo costo. Los investigadores encontraron que el uso de Facebook tiene menos impacto en la generación de vínculos más profundos entre los usuarios: “si bien pueden bajar las barreras para participar y luego animarse a formar lazos débiles, no necesariamente se crearán el tipo de lazos cercanos que las relaciones con capital social que suponen un vínculo” (Ellison, Steinfield y Lampe; 2007). Por último, si encontraron un incremento en la dimensión de “mantenimiento” de capital social, relacionada a que los usuarios confían en que sus compañeros dentro de la extensa red social podrán ser potenciales conexiones útiles como fuentes de nueva información y recursos.

Usuarios y usos

A medida que avanzo en la investigación para mi tesis de maestría sobre la red social Facebook y la reconfiguración de espacios cotidianos a través de su uso, a la cual se suma esta ponencia, voy encontrando diferentes prácticas dentro de la red que los entrevistados describen, pero hay una en la cual todos coinciden, que es la de “chusmear”. La atracción por ver fotografías de conocidos en situaciones eventuales, las sensaciones ambivalentes de placer voyeurista, y, sobre todo, comparten esa inexplicable necesidad de volver, en otro momento del día o al día siguiente, para ver qué hay de nuevo en “las noticias”: la página de inicio de Facebook. Saber quién viajó, a dónde, con quién (si es lindo / linda su pareja), cómo son sus hijos, y, ya que estamos, cómo es su perfil, dónde trabaja, qué tipo de cargo tiene, etc constituyen prácticas diarias en Facebook.

Una de las entrevistadas, Elena (30 años), describe Facebook como: “una herramienta que permite satisfacer las necesidades de ego y voyeuristas de los seres humanos, porque a quien no lo gusta ser visto, mostrarse, ser reconocido, ser popular, tener muchos amigos, o al menor aparentar que así es, que somos felices y queridos? y a quien no le gusta espiar la vida de los demás? ver de quien es amigo tal o cual persona? todos, me incluyo también...
después está el tema de estar en contacto con el resto, como segunda función, pero me parece que es la escusa con la cual se vende el producto”, expresa Elena. Facebook te ayuda a comunicarte y compartir con las personas que conocés, es la primer frase que se ve al ingresar al sitio, sobre un gráfico de una especie de mapa mundi con siluetas en un plano corto, (en términos cinematográficos) en diferentes lugares del mapa, unidas por líneas de puntos.

Para Andrea, (32 años), Facebook es un “Centro de miradas pública de la vida privada, como los famosos pero no salimos en la tapa de Gente.”

Como explica Andrea, en Facebook los eventos cotidianos o especiales, se exponen como en una vidriera, en la página de inicio, que condensa lo que los miembros de esa red quiere mostrar a sus amigos. Con la distancia de una vidriera, generándose un contacto con el autor sólo si así se quisiera. Luciana (31 años.), compara FCBK con los emails: “es como una red que te permite conectarte con gente que ves poco; como un canal más de comunicación, donde cualquier excusa es buena para acercarte, ya que el mail implica contar fehacientemente algo. Me gusta mostrar mis fotos, compartirlas. Es mucho porque muestra qué está uno haciendo, qué lo hace feliz, los viajes, las salidas...” La ventaja del voyeur en Facebook es que, si lo desea, puede pasar horas mirando un perfil de un “amigo” desde la privacidad de su computadora, sin que éste jamás se entere. Por otro lado, como señala Luciana, no hay necesidad de establecer un ida y vuelta, como en el mail: uno envía y quien recibe debe contestar. Incluso al comentar una foto, quien recibe el comentario puede o no realizar una devolución al mismo, es indistinto, el compromiso con el otro es nulo, el placer es completo.

En su blog personal una de mis entrevistadas confiesa respecto de su aficción voyeurista en FCBK:

“No paro de mirar fotos en Facebook.
Si.
Me paro en el escenario del grupo de autoayuda, ajusto los microfonitos al mejor estilo CFK y digo, "Soy Carolina, miro fotos de otros".
Y todo el tiempo.
Aunque, no te persigas. No lo hago con "tu" álbum. No te sientas especialito. Lo hago con el de todos. En una época miraba departamentos y me molestaba ver como los demás los decoraban. Son esas cositas que uno no le cuenta a cualquiera. Eso que te convierte en un freak sin peligro social. Algo externable.
En la bolsa entran mis amigos, o los amigos de mis amigos. O cualquiera que no haya previsto los filtros correspondientes, que joder.
Fuera de la paranoia que podría adjudicarles cualquier anti-voyeur a estas cosas, no me digan que no es una tentación por demás tentadora?
Bueno, que va, yo no puedo dejar de hacerlo.
Cumpleaños, casorios, fiestas privadas, reuniones por títulos, las caras de los hijos, fiestas de fin de año. Las veo todas, emocionándome cuando el álbum alberga 60.” (Carolina A, 33 años. Fuente: http://adoroserprincesa.blogspot.com/2008/12/yo-voyeur.html)

Manuel (31 años), expresa: “En mi caso, facebook representa poco de mi porque la mayoría de mi vida transcurre fuera de facebook. Por otro lado, lo que publico es real, con lo que tal vez haya mas en facebook de mi de lo que imagino. Hay gente que ocupa mucho tiempo de su vida en construir y pulir una imagen virtual de si mismo, supongo que en esos casos la linea se hace mas difusa.”

Con respecto a la dicotomía virtual / real, como Manuel, la mayor parte de los entrevistados no encuentra diferencia ni realiza una separación entre mundos distintos off y online.

María Belén Albornoz señala que no debemos caer en la tentación de considerar lo virtual y lo real como categorías opuestas. “En primer lugar porque la cultura digital es en gran medida una extensión de la cultura fuera de la interfaz, donde lo virtual en realidad propone “otra” experiencia de lo real que nos obliga a “una mejor comprensión de los lazos y nudos que enlazan las realidades y las apariencias, las ilusiones y los síntomas, las imágenes y los modelos”. En segundo lugar porque no es posible separar tecnología, cultura y sociedad como actores autónomos e independientes, puesto que esto significaría entender lo humano independientemente de su entorno material y de los signos e imágenes que dan sentido a su vida y a su mundo. “Por lo mismo, no se puede separar el mundo material –y aún menos su parte artificial- de las ideas a través de las que los objetos técnicos son concebidos y utilizados, ni de los humanos que los inventan, los producen y se sirven de ellos” (Lévy, 2007). Por tanto, la línea que divide los mundos reales de las realidades virtuales tiende a difuminarse con los avances de las capacidades de simulación que nos ofrece la tecnología y su respectiva apropiación por parte de los sujetos, provocando nuevos imaginarios y ofreciendo espacios a nuevas experiencias que no serían posibles sin los adelantos tecnológicos.

¿Qué tipo de cuerpos se exponen?

Marcelo Urresti explica en el libro Ciberculturas juveniles que hay inhibiciones que entre las generaciones más jóvenes no pesan, como en las generaciones de mayores, criados en los años cincuentas o sesentas, “que se resisten a hacer de su vida algo digno de interés público, porque se han acostumbrado a pensar que lo publicable tiene que revestir como mínimo en valor del testimonio. El rechazo a su vez, proviene de una enseñanza tradicional que dividía tajantemente lo público y lo privado, con el valor casi sagrado que se le daba a esto último, asiento fundamental de la casa y la familia, y por lo tanto, algo que debía resguardarse y hasta incluso impostarse ante la mirada de los otros” Urresti; 2008; 57). Las nuevas generaciones tal como las describe el sociólogo, son “los hijos de un momento en el que la cultura se transforma radicalmente hacia una exacerbación de la presencia del sujeto, (…) hace de las generaciones menores un actor casi “naturalmente” impulsado a llenar los anaqueles de la gran biblioteca virtual de la era del yo con sus propias impresiones sobre el mundo en todos sus insospechados vericuetos y sobre ese gran espectáculo del sí mismo al que tiende feliz y militante el sujeto contemporáneo” (Urresti;2008; 57). Es en este sentido que Urresti explica que para los más jóvenes “todo lo que es íntimo, por ocultable, por inconfesable o por formar parte de la más banal existencia singular, puede pasar de las antiguas cavernas de la privacidad a las amplias planicies de la publicidad. (…) Es el estadío superior del yo y del espectáculo, ya fundidas en una sola e inseparable entidad: un yo para ser mostrado en la superficie de visibilidad. (…) el cuerpo está protegido por la tele presencia (Urresti; 2008; 58-59).

En Facebook los cuerpos que importan se constituyen desde valores muy comunes en nuestra cultura occidental: ego, belleza, fortaleza, glamour, éxito personal, etc, representados en imágenes. Estos modelos de cuerpos representados, femeninos y masculinos, soportan ideales y valores que se han ido construyendo por muchos años en el mundo occidental y que tienen que ver principalmente con la heterosexualidad y, con un modelo de masculinidad que signó la contemporaneidad de occidente.

Michael S. kimmel, realiza un interesante rastreo genealógico de la construcción de géneros y, mayormente del modelo de masculinidad aún hoy imperante en Estados Unidos, sociedad que por excelencia a desarrollado muchos de los valores que globalmente se comparten en las sociedades occidentales, y, sobre todo, en las ciudades capitales.

El autor explica que las masculinidades se construyen simultáneamente en dos campos interconectados de relaciones de poder: el sexismo y la homofobia: “las relaciones de los hombres con las mujeres (desigualdad de género) y las relaciones de los hombres con otros hombres (desigualdades que se basan en factores tales como raza, etnicidad, sexualidad, edad, etc)” (Kimmel; 1998; 208). Kimmel señala por otro lado que la masculinidad enclavada en las relaciones de poder es a menudo invisible para los hombres, ya que el orden de género es más visible para quienes no gozan de sus privilegios que para los que disfrutan de las prerrogativas que implica. “Esta invisibilidad es, en sí, una cuestión política: los procesos que otorgan privilegios a un grupo y excluyen a otro generalmente son invisibles para aquellos que gozan de la prerrogativa” (Kimmel; 1998; 208). “cuando me miro en el espejo, veo un ser humano. Soy generalizable a nivel universal. Como hombre blanco de clase media, no tengo clase social, ni raza, ni género. ¡Soy la persona genérica por excelencia!” (Kimmel; 1998; 209).

Al estudiar una historia cultural de la idea de la masculinidad en Estados Unidos, Kimmel descubrió que los hombres estadounidenses han sido capaces de expresar con claridad lo que significa ser hombre y de desarrollar formas de probar su virilidad.

Kimmel explica que el modelo de masculinidad contemporáneo no emergió de la nada y que desplazó a otros modelos de masculinidad que, a fines del siglo XVIII coexistían en Estados Unidos: el del Patriarca Gentil y el del Artesano Heroico. El primero, derivaba su identidad de la propiedad de la tierra. “Dedicado a supervisar sus propiedades rurales era un personaje refinado, elegante y dado a una sensualidad informal. Era un padre afectuoso y dedicado, que pasaba gran parte de su tiempo con la familia. (…) En Estados Unidos imaginen a George Washington o a Thomas Jefferson. En Europa, piensen en la aristocracia rural de Inglaterra en el siglo XVII. Por contraste, el Artesano Heroico representaba la fuerza física y la virtud republicana del pequeño agricultor, el artesano urbano independiente, el propietario independiente de una tienda. (…) También era un padre dedicado, enseñaba su oficio a su propio hijo, llevándolo desde la etapa ritual de aprendiz a la de maestro artesano. (…) En Estados Unidos piensen en Paul Revere trabajando en su fundición, con las mangas arremangadas y un delantal de cuero. En Europa, estos eran representados por los partidarios de la igualdad social, los sans-culottes. (…) en el mundo históricamente subdesarrollado son los pequeños comerciantes del mercado, el campesino independiente, el artesano talentoso (Kimmel; 1998; 213). Kimmel señala que estos dos modelos convivían en Estados Unidos hasta que a principios del siglo XIX surgió una nueva versión de la masculinidad: la de los hombres que triunfaban gracias a su propio esfuerzo, el Self -Made Man. La masculinidad de estos hombres quedaba demostrada y se comprobaba en el mercado. Estos hombres triunfadores eran terratenientes ausentes del hogar, alejados cada vez más de sus propios hijos, dedicados a su trabajo en un ambiente laboral homosocial. “Era una masculinidad cada vez más ansiosa, que requería de constantes demostraciones y pruebas tangibles de éxito expresado en la adquisición de bienes. Además, esta ansiedad era estimulada por la ideología de la movilidad social ascendente, ya que si la persona podía ascender al tope máximo de sus propias capacidades en Estados Unidos, también podía caer, sin red de seguridad, sin poder culpar a nadie del fracaso excepto a si mismo. Esta definición de masculinidad era esencialmente inestable y requería ser demostrada en forma constante, quedando siempre expuesta al fracaso” (Kimmel; 1998; 214).

Kimmel describe este nuevo modelo de masculinidad como insensata, ya que se debe demostrar y, ni bien se ha comprobado, se debe demostrar nuevamente, constantemente, como ocurre con un deporte. Luego se pregunta cómo logró su hegemonía la masculinidad hegemónica, y lo explica a través de su investigación sobre la formación de la hombría estadounidense (Kimmel; 1998; 214). Entonces, el autor explica,“descubrí tres modalidades básicas de prueba. En primer lugar, la hombría se podía demostrar convirtiendo al cuerpo en un instrumento y expresión de dominio. Desde los reformistas de la salud del siglo XIX que aconsejaban la abstinencia sexual para los hombres, (…) hasta la obsesión actual con el desarrollo corporal, los hombres que parecían ser rudos y fuertes podían aliviar así la ansiedad que les producía el hecho que se descubriera que eran blandos y débiles. En segundo lugar, la hombría se podía demostrar yéndose al bosque, ingresando al ejército, haciéndose a la mar, lugares donde los hombres podían demostrar su masculinidad frente a la naturaleza y los demás hombres, alejados de las influencias feminizantes de la civilización. (…) Pero la principal forma en que los hombres intentaban demostrar que habían tenido éxito en lograr la masculinidad era mediante la problematización de otras formas de masculinidad, el posicionamiento de lo hegemónico contra lo subalterno, la creación del otro” (Kimmel; 1998; 215). El Self – Made Man, tenía que desplazar las dos definiciones anteriores: el Patriarca Gentil y el Artesano Heroico. Kimmel señala que, por ejemplo el Patriarca gentil fue definido como el fatuo petimetre europeo, un afeminado del siglo XIX, mientras que, en el transcurso del siglo XIX, el Artesano Heroico se convirtió en el obrero común, el trabajador, una pieza secundaria en la maquinaria: “había desaparecido su autonomía, el orgullo por su oficio y ahora era dependiente y desvalido, difícilmente podía ser considerado un hombre” (Kimmel; 1998; 215).

Los otros modelos de masculinidad que se fueron constituyendo de manera problemática a partir de la construcción del modelo hegemónico de masculinidad y Kimmel describe, lo hicieron en una suerte de extremos. Por un lado, los demasiado masculinos, con una masculinidad “sexualmente voraz, tremendamente violenta, incapaz de controlar los deseos carnales, y la otra no era “suficientemente masculina”, es decir, era desvalida, dependiente, pasiva y feminizada. Irónicamente, estos “otros” se colocaban en posición de otredad al aceptar simultáneamente ambas modalidades como verdaderas” (Kimmel; 1998; 215). En este sentido, Kimmel se refiere como ejemplos a los esclavos negros, que eran vistos como desvalidos, incapaces de defender a sus mujeres y de mantener a su familia; los indígenas americanos, considerados a la vez tontos e ingenuos, y siguen los ejemplos, hasta llegar a fines del siglo XX y la actualidad. Actualmente Kimmel señala que “las mujeres y los hombres gay son los clásicos “otros”, la pantalla contra la cual los hombres blancos heterosexuales proyectan sus ansiedades de género y a partir de cuya castración los hombres construyen definiciones hegemónicas. Las mujeres castran a los hombres porque representan el hogar, la domesticidad, las obligaciones familiares y también la carnalidad insaciable. Los hombres homosexuales son pasivos y afeminados, además de ser sexualmente insaciables y rapaces” (Kimmel; 1998; 216).

En Facebook se depositan aspiraciones y, sobre todo en imágenes, se relata la vida que se tiene pero, también, la que se quiere tener. Los entrevistados suelen desestimar o quitar importancia a las fotos que suben, restándole importancia al tema, sin embargo, al ingresar a sus perfiles se puede observar que, en su mayoría, sólo las fotos que presentan de mejor manera al dueño del perfil son las subidas. Sólo en algunos casos se admite la selección, por ejemplo Javier L., de 29 años, me hizo mención a algunas fotos en primer plano que él tenía subidas, especialmente seleccionadas para las “señioritas” que ingresaran a conocer su perfil, este comentario era acompañado de gestos faciales que denotaban un “vos me entendés...” a lo que yo agregué: “son fotos que garpan” (que valen), y él asintió.

Se puede observar por ejemplo fotografías de mujeres que, cual estrellas, salen de la clínica espléndidas después de haber dado a luz. Gracias a la tecnología digital, cada usuario se puede convertir en el editor más exigente y seleccionar las tomas que más lo favorecen. Proliferan en este sentido las autofotos, en las que el dueño del perfil se saca él mismo las fotos y sube aquellas que plasmen el gesto, mirada, posición que prefiera exponer. Se muestra entonces a los demás la familia ideal, el marido o novio ideales, los mejores amigos, las más lindas y divertidas vacaciones, los más chic o exóticos lugares, las variedades de deportes más excéntricas que sólo una vez en la vida practicamos (aladeltismo, golf, paracaidismo, etc), como si todo esto formara parte de la realidad diaria. Y, como espectadores, se puede observar hasta el detalle los álbumes ajenos, una y otra vez.

Además de la educación, capacitación, trabajos, que se puede consignar en la información personal, a modo de curriculum (instituciones en las que se cursaron los estudios, en qué empresa trabaja, etc), en gran medida lo que se muestra una y otra vez es el “acceso a las cosas”: vacaciones, eventos, piletas, actos escolares, etc. Aquello que Kimmel describe en su genealogía del modelo hegemónico de masculinidad como “pruebas tangibles de éxito expresado en la adquisición de bienes.” estimulada por “la ideología de la movilidad social ascendente. (...) Esta definición de masculinidad era esencialmente inestable y requería ser demostrada en forma constante, quedando siempre expuesta al fracaso” (Kimmel; 1998; 214). En Facebook se representa este modelo hegemónico, sobre todo en las imágenes fotográficas, en los cuerpos que significan aspiraciones individuales, y, esas aspiraciones, se parecen mucho al modelo que describe Kimmel. Al representar las situaciones eventuales en fotografías compartidas a diario entre los miembros de la red, se propicia que se vean casi como situaciones cotidianas cuando en realidad, en la mayoría de los casos, no lo son, pero al ser imposible verse cara a cara entre más de 100 amigos o conocidos , esos clicks editados de la vida de los otros y sus actualizaciones será la información válida. Melina A, entrevistada de 26 años, señala que cuando conoce a un chico en un bar o un boliche y se invitan luego en Facebook, ella entra al perfil del chicos y mira todas sus fotos, información personal, comentarios publicados en el muro, etc, a fin de corroborar si lo que él dijo en el cara a cara es “verdad”.

Por otro lado, la representación de un modelo hegemónico masculino o heterosexual en Facebook tiene un plus y es el de la casi nula exposición al fracaso. El constituirse cada uno en su propio “editor” disminuye ampliamente las caídas, por la simple razón de poder ocultarlas: aquello que no se muestra no existe para los demás integrantes de cada red de “amigos”.

Es entonces en esta edición y publicación diaria de la vida que aparecen los cuerpos que importan y soportan las aspiraciones individuales. Los cuerpos que merecen ser vistos y mostrados. En términos de Judith Butler, importar (to matter) significa a la vez “materializar” y “significar” (Butler; 2008; 60).

Como señalaba más arriba, Facebook es utilizada mayormente por jóvenes adultos: el 50% de los usuarios se encuentra comprendido en la franja etárea de los 18 a los 34 años, heterosexuales. Si bien es una herramienta utilizada por todos los géneros, no sólo mujeres y hombres, la heterosexualidad es lo que se fomenta desde la misma página. Esto se puede constatar si, por ejemplo, queremos publicar un aviso que llegue al resto del sitio o a un segmento del mismo y no sólo a mis amigos, unos gráficos nos muestran la composición de los posibles targets objetivos. Se habla únicamente de dos géneros:

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Judith Butler analiza en profundidad los límites materiales y discursivos del sexo. A los fines de este trabajo, tomaré algunas de sus reflexiones. Para la autora, las diferencias sexuales son indisociables de las demarcaciones discursivas (Butler; 2008; 17). “La categoría de “sexo” es, desde el comienzo, normativa; es lo que Foucault llamó un “ideal regulatorio”. En este sentido, pues, el “sexo” no sólo funciona como norma, sino que además es parte de una práctica reguladora que produce los cuerpos que gobierna, es decir, cuya fuerza reguladora se manifiesta como una especie de poder productivo, el poder de producir – demarcar, circunscribir, diferenciar – los cuerpos que controla. De modo tal que el “sexo” es un ideal regulatorio cuya materialización se impone y se logra (o no) mediante ciertas prácticas sumamente reguladas. (…) Es una construcción ideal que se materializa obligatoriamente a través del tiempo” (Butler; 2008; 18).

Facebook, con su regularidad cotidiana, se convierte en campo propicio para esta producción sexual performática. Este concepto, performatividad, para Butler: “debe entenderse no como un “acto” singular y deliberado, sino, antes bien, como la práctica reiterativa y referencial mediante la cual el discurso produce los efectos que nombra. (…) Las normas reguladoras del “sexo” obran de una manera performativa para constituir la materialidad de los cuerpos, más específicamente, para materializar el sexo del cuerpo, para materializar la diferencia sexual en aras de consolidar el imperativo heterosexual” (Butler; 2008; 18). La destreza masculina ante la naturaleza, la obsesión por el cuerpo, mencionadas por Kimmel en su rastreo del modelo de masculinidad en Estados Unidos, son valores portados en imágenes recurrentes en Facebook.

Las temáticas de las fotos de mis entrevistados suelen ser redundantes: graduaciones, fotos de la infancia, los hombres hacen el asado, las mujeres los disfraces para los actos escolares, o representan el rol femenino de “ama de casa” (quizás tenga que ver con un aspiracional de ama de casa ideal, que sigue vigente en los modelos de contrucción del mundo femenino) los más jóvenes toman tragos de colores en las playas o en fiestas particulares, donde se exhibe el cuerpo joven de acuerdo a los estereotipos de belleza actuales, que tienen que ver con lo que Kimmel señalaba acerca la obsesión actual con el desarrollo corporal (Kimmel; 1998; 215). Las madres por el contrario exhiben los cuerpos de sus hijos y los de ellas pasan a un segundo plano. Los álbumes más extensos son los de las vacaciones, cuerpos bronceados en la costa para las familias y en lugares más remotos para los solteros. Si bien el mundo laboral no se encuentra casi representado en imágenes (si consignado en la información personal de cada perfil), las imágenes de viajes y familias felices en piletas y concurridos cumpleaños, denotaría el éxito laboral / económico de los dueños de los perfiles.

Si bien es difícil controlar todo lo que los integrantes de la red suben, tampoco es imposible. Muchas veces se da la situación de “censura” entre usuarios, en términos de pedidos de retirar de la publicación determinadas fotografías por diversos motivos. Un ejemplo comentado en una de las entrevistas es el de un grupo de amigos que asistió a una fiesta de casamiento. Dos de ellos, él gay, ella heterosexual, se dieron un beso en la boca como quien hace un chiste para las cámaras. Quien tomó la foto subió ese beso a FCBK y la protagonista, indignada, censuró el acto. Ese beso no podía ser visibilizado por su familia, quien conoce al amigo gay, pero, sobre todo no debería ser visto por su ex novio, quien no debía enterarse que ella estaba sin pareja en el presente, al menos no de esa forma. Este fue el argumento de la protagonista. La caída, el fracaso estaban a un paso... ante el encarecido pedido, el autor retiró la polémica foto de su perfil.

Quedará afuera, entonces, todo cuanto constituya una amenaza a esos mundos aspiracionales que responden en gran medida al modelo hegemónico masculino descripto por Kimmel, como la foto del beso prohibido, la cual sí demarcará un límite, o la abyección, en términos de Butler. La autora explica cuáles son las cuestiones que estarán en juego en su reformulación de la materialidad de los cuerpos: “1) la reconsideración de la materia de los cuerpos como el efecto de una dinámica de poder, de modo tal que la materia de los cuerpos sea indisociable de las normas reguladoras que gobiernan su materialización y la significación de aquellos efectos materiales; 2) la comprensión de la performatividad (…) como ese poder reiterativo del discurso para producir los fenómenos que regula e impone; 3) la construcción del “sexo”, no ya como un dato corporal dado sobre el cual se impone artificialmente la construcción del género sino como una norma cultural que gobierna la materialización de los cuerpos; 4) una reconcepción del proceso mediante el cual un sujeto asume, se apropia, adopta una norma corporal, no como algo a lo que, estrictamente hablando, se somete, sino, más bien, como una evolución en la que el sujeto (…) se forma en virtud de pasar por ese proceso de “asumir” un sexo con la cuestión de la identificación y con los medios discursivos que emplea el imperativo heterosexual para permitir ciertas identificaciones sexuadas y excluir y repudiar otras. Esta matriz excluyente mediante la cual se forman los sujetos requiere pues la producción simultánea de una esfera de seres abyectos, de aquellos que no son “sujetos”, pero que forman el exterior constitutivo del campo de los sujetos. Lo abyecto designa aquí precisamente aquellas zonas “invivibles”, “inhabitables” de la vida social que, sin embargo, están densamente pobladas por quienes no gozan de la jerarquía de los sujetos, pero cuya condición de vivir bajo el signo de lo “invivible” es necesaria para circunscribir la esfera de los sujetos” (Butler; 2008; 19 - 20). Si bien Butler reflexiona en profundidad hasta la constitución misma del sujeto, sin llegar a avanzar tan profundamente en su análisis, podemos tomar parte del mismo para indagar, como se viene haciendo en el presente trabajo, en las prácticas en Facebook. Dentro de esta red social la abyección demarca quizás más ajustadamente, ya que, además de responder a modelos hegemónicos, las representaciones responden a modelos aspiracionales casi ideales, con lo cual el corpus de imágenes no publicables resulta inmenso. Toda aquella imagen que muestre a la persona en ridículo, o simplemente no cumpla con lo que se desea como imagen digna de ser mostrada, quedará afuera de FCBK, con lo cual, la restricción para las imágenes, será mucho mayor y los cuerpos que no aplican como tales en ese contexto, serán muchos más.

Conclusiones

Vuelvo en esta instancia a Kimmel y el modelo de masculinidad hegemónica que describe a partir de su análisis genealógico en Estados Unidos. Kimmel encontró “una masculinidad cada vez más ansiosa, que requería de constantes demostraciones y pruebas tangibles de éxito expresado en la adquisición de bienes (...) estimulada por la ideología de la movilidad social ascendente, ya que si la persona podía ascender al tope máximo de sus propias capacidades en Estados Unidos, también podía caer, sin red de seguridad, sin poder culpar a nadie del fracaso excepto a si mismo. Esta definición de masculinidad era esencialmente inestable y requería ser demostrada en forma constante, quedando siempre expuesta al fracaso” (Kimmel; 1998; 214).

A través del análisis realizado en este trabajo, pienso que en cierta forma Facebook constituye para sus usuarios la oportunidad de renovar diariamente el plazo fijo con el éxito individual que la sociedad contemporánea demanda, a un bajo costo: Internet más el tiempo que supone armar el propio perfil con la información pertinente: educación, datos personales y laborales; seleccionar y subir las fotos, videos, enlaces... De todos modos, encontramos en Facebook “las pequeñas tácticas del hábitat” (Foucault; 1980; 149)., que hacen posible la creatividad a través del uso de las herramientas que proveen las nuevas tecnologías infocomunicacionales. Los usuarios, si bien dentro de unos límites descriptos al comienzo de este trabajo, en cierta forma poseen la libertad de crear una personalidad mucho más atractiva, intelectual, seductora, divertida, vinculada a las aspiraciones particulares, que la quizás realmente se porta fuera de Facebook, obteniendo algún tipo de beneficio como resultado. Estas “creaciones individuales” van a constituirse sobre todo en el soporte fotográfico, donde aparecerán sólo aquellos cuerpos que importan, en términos de Butler, podríamos agregar, vinculados a las “grandes estrategias de la geopolítica” (Foucault; 1980; 149) al permitir la circularidad y reproducción invisible, en términos de Kimmel, de modelos hegemónicos relacionados a valores vinculados con la heterosexualidad y al poder que de ella se deriva.

Cierro este trabajo con una cita de Georg Simmel, cuya reflexión se puede extender a todos los géneros sexuales:

“La posición de poder del hombre no sólo garantiza su superioridad relativa respecto de la mujer sino que garantiza que sus normas se generalicen como normas humanas genéricas que deben regir la conducta de los hombres y mujeres por igual. Si uno considera las relaciones entre los sexos de forma ligeramente burda como una relación entre amo y esclavo, se tomará conciencia de que es un privilegio del amo el no tener que pensar constantemente en el hecho de ser el amo. En contraste, la posición del esclavo es tal que nunca puede olvidarse de ella. Indudablemente, las mujeres rara vez pierden la noción de ser mujeres a diferencia de los hombres que pueden perder su conciencia de ser hombres. A menudo, pareciera que los hombres piensan exclusivamente en términos de categorías objetivas sin que intervenga su sensación de masculinidad; en contraste, pareciera que las mujeres nunca pierden la conciencia, ya sea que la sientan claramente o sólo esté subyacente, de que son, efectivamente, mujeres”.

George Simmel, 1911

Bibliografía
+ Albornoz, María Belén. http://www.flacsoandes.org/web/imagesFTP/1227022494.Cibercultura_y_las_nuevas_nociones_de_privacida__articulo_.pdf
+ Bourdieu, Pierre y Wacquant, Loic. Una invitación a la sociología reflexiva. Siglo veintiuno editores. Buenos Aires. 2005
+ Boyd, d. m., & Ellison, N. B. Social network sites: Definition, history, and scholarship. Journal of Computer-Mediated Communication, 13(1), article 11. 2007 http://jcmc.indiana.edu/vol13/issue1/boyd.ellison.html
+ Butler, Judith. Cuerpos que importan. Sobre los límites materiales y discursivos del “sexo”. Paidós. Buenos Aires 2008
+ Ellison, N. B., Steinfield, C., & Lampe, C. The benefits of Facebook "friends:" Social capital and college students' use of online social network sites. Journal of Computer-Mediated Communication, 12(4), article 1. 2007 . http://jcmc.indiana.edu/vol12/issue4/ellison.html
+ Gomez Cruz, Edgar. Hacia una crítica reflexiva del concepto de comunidad virtual. En “Las metáforas de Internet”. Editorial UOC. 2007
+ Kimmel, Michael. El desarrollo (de género) del subdesarrollo (de género). La producción simultánea de masculinidades hegemónicas y dependientes en Europa y Estados Unidos. En “Masculinidades y equidad de género en America Latina”. Teresa Valdés, José Olavarría (eds.). Flacso Chile. 1998
+ Urresti, Marcelo. Ciberculturas juveniles. Los jóvenes sus prácticas y sus representaciones en la era de Internet. La crujía. Buenos Aires. 2008
TEXTO A OCULTAR

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viernes, 24 de julio de 2009

EXPERIENCIAS DIFERENCIALES DE LO POLÍTICO: CUERPO, EXPRESIÓN Y ACCIÓN. Paola Andrea Gaviria

La pregunta por la política como campo de actuación o como dominio conceptual se sitúa en la actualidad en el centro del debate de sociólogos, antropólogos, filósofos, politólogos y activistas sociales, debido entre otras razones a que, aquello que era denominado como lo político; es decir, el estado-nación y sus respectivas acciones (conservar el orden, administrar el bienestar, permitir elegir y ser elegido, entre otros aspectos) ha entrado en crisis. De igual forma, esa otra manera de entender la política como ejercicio de resistencia, como interpelación al poder hegemónico o como revolución, ha sido cuestionada, pues tras largas batallas, luchas fallidas o coptaciones, lo que en ambos casos se ha dejado por fuera del tintero, es la comprensión de la experiencia humana como un acto político en si mismo.

La pregunta que me lleva a estas reflexiones iniciales tiene que ver entonces con qué de la política aun no ha sido nombrado o reconocido.
En este sentido, es importante resaltar que las experiencias humanas se encuentran mediadas por la corporeidad, a través de esta el hombre hace que el mundo sea la medida de su experiencia. El ser humano transforma su cuerpo en un tejido familiar y coherente, disponible para su acción y permeable a su comprensión . -¿Cómo podríamos estar y relacionarnos con el mundo y con otros si no tuviésemos un cuerpo? El cuerpo es el medio fundamental de los seres humanos para experimentar y accionar en el mundo y con otros, es la posibilidad de insertarse activamente en un espacio social, cultural y políticamente dado- .
En Colombia grupos de mujeres y de jóvenes han creado experiencias diferenciales de lo político en relación al cuerpo; son colectivos que nacen en respuesta a manifestaciones del conflicto armado como desplazamientos o desapariciones forzadas, asesinatos o modalidades como la “limpieza social” o por la necesidad de reivindicar la autonomía o autodeterminación; reconocen que el ejercicio de la política no solo se expresa en espacios institucionalizados por el estado, sino también a través de las artes escénicas, de los performance, de la interpelación a los discursos y experiencias que los han configurado como sujetos; Han puesto en el centro de su accionar político sus experiencias vitales, nombrándolas, comunicándolas a otros y evidenciando en lo público aquello que es considerado de la vida privada.
Si el ejercicio de la política puede realizarse a través del cuerpo, ¿Qué lugar ocupa el cuerpo en las dinámicas de subjetivación política de las mujeres y los jóvenes?, ¿Qué papel juega la creación y la expresión a través del cuerpo en las dinámicas de subjetivación política de las mujeres y los jóvenes?
La ponencia que se pretende dar a conocer es el resultado del proyecto de investigación “Experiencias diferenciales de lo político: Cuerpo, Expresión y Acción”, tiene como propósito desarrollar detalladamente los puntos de discusión expuestos anteriormente, realizar una descripción detallada de algunas experiencias de mujeres y jóvenes en torno a la relación cuerpo-acción política-expresión y la socialización de cómo metodológicamente la investigación fue llevada a cabo.

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PARTO E CRIATIVIDADE NA CONTEMPORANEIDADE: LA MIRADA FEMENINA O FEMINISTA... Rosamaria Giatti Carneiro

Doutoranda em Ciências Sociais IFCH – Unicamp. Bolsista FAPESP. São Paulo - Brasil

Neste ensaio pretendo analisar os significados que um conjunto de mulheres brasileiras tem atribuído à gestação e ao parto. Elas se destacam na busca de um “parto mais natural” e, com isso, têm dado corpo ao ideário, ainda recente, do denominado parto humanizado. Se, desde a modernidade, a medicina parece ter trazido para si a parturição, essas mulheres parecem querer resgatá-la com o intuito de experienciá-la de modo mais intenso. Para isso, têm conferido a noção de dor, de saúde e de corpo feminino um outro universo simbólico. Se a cesárea é tida pela maior parte da população como o meio mais seguro de se dar à luz, para elas trata-se de algo a ser evitado a fim de que se possa deixar afetar pelo trabalho de parto. Para isso, têm criado estratégias para escapar da rotina médica hospitalar.

Essas estratégias vão desde reuniões em grupos de preparo para o parto até a vivência de partos domiciliares. Em razão disso, nesta ocasião gostaria de, primeiro, explorar a pluralidade de significados que parecem surgir de suas práticas. Para, em seguida, poder problematizar tais atitudes femininas à luz de dois operadores bastante valiosos para minha pesquisa: o de “órgãos sem corpos” da filósofa feminista Rosi Braidotti e o de “linhas de fuga” do também filósofo pós-estruturalista Gilles Deleuze.


Parto humanizado: percepções femininas contemporâneas

Em fins dos anos de 1980 aflora no Brasil o, hoje, denominado ideário do parto humanizado. Um grupo de gestantes e de profissionais de saúde, insatisfeitos com os usos e abusos da cesárea, bem como com a rotina de intervenções médicas por ocasião do parto, dá início à crítica da prática obstétrica brasileira. Nos anos 2000, fundam a ReHuNa, Rede de Humanização do Nascimento, e a partir dela passam a demandar mudanças no sistema de saúde tanto público quanto privado. Embasados nas recomendações da Organização Mundial de Saúde passam, então, a exigir que seja observada a taxa de 15% de partos cirúrgicos ao ano, tendo em vista contar-se naquela época com um índice superior a 50%.

Hoje o Brasil ocupa o posto de líder mundial no número de cesáreas ao ano, com uma incidência de 43% de partos abdominais/ano. Se, a princípio, as mulheres e alguns médicos pareciam ser os mais preocupados com essa realidade, atualmente também o governo brasileiro tem se dedicado à redução desses índices. De acordo com pronunciamento do atual ministro da saúde no jornal ‘Folha de São Paulo’ de 8 de dezembro de 2008, o governo pretende reduzir a taxa de cesáreas, por meio de campanhas públicas e incentivos financeiros, para 25% até o ano de 2011.

Os modos de parir têm, portanto, ocupado o palco da saúde coletiva no Brasil, tendo tornado-se tema e questão de saúde pública. Se o governo assim tem se posicionado mais recentemente, as mulheres, por sua vez, parecem debater o assunto há mais tempo. Pode-se dizer que ao menos desde os anos de 1980. Organizadas em grupos de preparo para o parto, elas têm tomado conhecimento da praxe da obstetrícia brasileira, feito a crítica do modelo vigente e se disposto a parir, para usar Foucault (1993), diferentemente.

Esse conjunto de mulheres busca o que denominam de um parto ‘mais natural’, negam a cesárea como a primeira e melhor forma de parir, bem como o conjunto de procedimentos médicos padrão direcionados ao nascimento (enema, tricotomia, ocitocina, analgesia e episiotomia). Para isso, parecem partir do pressuposto de que o uso excessivo da tecnologia teria gerado uma espécie de “normatização” dos partos, a sua padronização e ao mesmo tempo o seu “esquadrinhamento”. Funcionando muito mais a idéia de corpo-máquina e a lógica fabril do que o entendimento de que o parto é também um acontecimento social, cultural e psicológico. Diz-se lógica fabril à luz do escrito por Davis-Floyd (2004), especialista em antropologia do nascimento; para quem o hospital poderia ser equiparado à fábrica, assim como a parturiente à máquina e o bebê à mercadoria final.

Em termos de marcadores sociais, esse conjunto de mulheres poderia ser descrito, em linhas gerais, como um grupamento de classe média, urbano, branco, heterossexual, entre 25-40 anos e composto de pessoas com grau superior completo. Esta pesquisa cingi-se a duas cidades do Estado de São Paulo, a capital e Campinas. Em ambas, temos freqüentado grupos de preparo para o parto humanizado e realizado entrevistas com mulheres que deram à luz de outra maneira que não mediante a cesariana.

Em um sentido mais amplo e num tom mais antropológico, poderíamos dizer serem essas mulheres, de modo geral, adeptas de um “estilo alternativo” de vida, caudatárias da geração de 68, mas hoje influenciadas pela onda new age da espiritualidade, nos moldes já analisados por Sonia Maluf (2004). São adeptas do vegetarianismo, do ecologismo e, em alguns, casos de algum feminismo e da antroposofia. Constatou-se também serem afeitas às “terapias alternativas”, mais marcadamente às orientais, muito embora tenha sido possível perceber, na realidade, uma grande mescla ou um bricolage de tendências religiosas ou espirituais, tais como budismo, xamanismo, espiritismo e religiões de matriz afro-descendente. São, por fim, casadas ou vivem em regime marital; têm entre um ou três filhos e, geralmente, decidiram pela maternidade passados os 28 anos.

Segundo autoras como Tornquist (2004), Nogueira (2004) e Diniz (2005), entre outras, essas mulheres entendem que o parto é muito mais do que um acontecimento fisiológico. Para elas, o parto seria também um evento social, cultural, familiar, pessoal e sexual. Por isso, não pode e não deve ser tratado à luz somente da biologia e de uma idéia moderna de natureza, qual seja inerte e passiva, ainda assim a ser domesticada pela cultura. Por parto humanizado entende-se uma gama de modos de parir. De fato, como escreveu Diniz (2005), trata-se de uma expressão polissêmica. Diz-se dessa maneira porque, no interior do ideário, parir de maneira humanizada pode oscilar desde um parto domiciliar sem nenhuma intervenção médica até um parto vaginal mediante anestesia no interior de um hospital. O fio condutor da humanização é, por isso, um “fazer frente” ao uso e abuso das cesáreas e dos procedimentos e técnicas de praxe. Daí decorre a premissa de que os adeptos de outros modos de parir não negam a medicina e o valor do parto cirúrgico, mas questionam e contrapõem-se ao fato do mesmo ter se tornado regra no Brasil.

Expressões como “parto normal”, “parto natural” e “parto mais natural”, parecem ocupar o mesmo espaço ou, então, referir-se a mesma idéia no interior dos grupos de preparo para o parto humanizado. Por “mais natural” entende-se aqui o parto com o mínimo de intervenções médicas possível. E é em nome dessa possibilidade que essas mulheres parecem ter se organizado e se preparado. Esse “movimento”, se é que se pode usar essa terminologia, não surgiu repentinamente e nem mesmo cinge-se ao cenário brasileiro. De acordo com estudos etnográficos de Salem (2007) e Tornquist (2004), a crítica da prática obstétrica moderna e contemporânea teria nascido nos idos de 1950, com as idéias de Leboyer e Odent, médicos franceses e idealizadores do método “accouchement sans doleur”. Para o Brasil, essa filosofia teria sido importada nos anos 60 e, em seguida, teria sido somada às experiências de parturição indígena estudadas por médicos por Galba Araujo e Claudio Parcionik. Esses médicos, inspirados nos índios, teriam estimulado modos mais naturais de parir e reverenciado as benesses dos mesmos. Por certo que muitas outras foram as influências e, para usar Salem (2007), as “vanguardas obstétricas”, mas, nesta oportunidade, a temática é outra e, por isso, a elas não adentraremos.

Significados e perspectivas plurais

O propósito deste ensaio é trazer a tona a pluralidade de percepções e de significados que essas mulheres parecem estar construindo acerca de parto, dor, saúde e corpos femininos. Falar dessa pluralidade implica também discorrer sobre eventuais divergências ou dissonâncias entre o por elas percebido e pelos médicos anunciado. Por isso, ambas serão tratadas conjuntamente.

Segundo Foucault (1993), a medicina social e o hospital surgem no século 18 com o objetivo de ordenar e normalizar a sociedade moderna ainda nascente. Para isso, os considerados “anormais”, quais sejam os doentes, os loucos, os mendigos e as crianças abandonadas, entre tantos outros, eram para lá encaminhados. O hospital passou a auxiliar no “esquadrinhamento” social. Se antes era tido como “morredouro”, para onde eram encaminhados os que se encontravam a beira da morte, da modernidade em diante passou a ser percebido como espaço de organização social e de cura das enfermidades. Curar torna-se imperioso porque a doença assume um caráter de algo a ser evitado, remediado e contido. Proteger a população dos estados-nação passa a ser uma tarefa estatal, posto que uma população saudável passa a representar riqueza dali em diante.

Se a medicina e o hospital assumem essa tarefa, a de organizar e curar as enfermidades sociais, poderíamos pensar que também em nome da população teria surgido a obstetrícia. E, com ela, a idéia paulatinamente divulgada de que o melhor parto seria o acompanhado pelo médico. É nessa fase em que as parteiras e as casas deixam de ser atreladas aos nascimentos e aos partos. E é nela também em que o parto passa a ser considerado, primeiramente, um acontecimento fisiológico e, em muitos casos, também perigoso e dolorido. O surgimento da analgesia e dos antibióticos, segundo Shorter, contribuíram para a difusão do discurso médico obstétrico. Muitas mulheres passaram a preferir a segurança dos hospitais. Essa segurança seria derivada da noção de assepsia e da vigência de um discurso de saber científico de parto.

Segundo Mott, em São Paulo, por volta dos anos de 1930, os partos já tinham em grande parte migrado das residências para os hospitais e hoje, salvo as iniciativas das adeptas do parto humanizado, a imensa maioria dos nascimentos acontecem em ambiente hospitalar. O problema não parece ser essa mudança de endereço, mas muito mais como o quanto ela e a rotina médica tornaram-se regra em nossos dias.

Sobre a prática da obstetrícia contemporânea, vale ressaltar os estudos de Davis-Floyd (2004). Segundo a antropóloga, a medicina moderna resultou nessa seara num modelo de assistência ao parto tecnocrático, burocratizado e eminentemente tecnologizado. Esse atendimento tem sido por ela caracterizado como esquadrinhado, mecânico, desafetuoso, impessoal e, eu diria, segmentado. É nesse sentido que o operador “órgãos sem corpos” de Braidotti (2000) parece aqui encontrar aplicabilidade.

Para a filósofa, em primeiro lugar, o discurso da sexualidade e o da reprodução atuam como espaços de produção de verdade sobre os sujeitos e marcam a modernidade. O corpo teria se tornado, nesse período, lócus de proliferação discursiva, de modos de conhecimento, modos de normatividade e de normalização que interessariam simultaneamente aos campos político e científico. Mas, mais do que isso, teria, para tanto, se tornado, por meio das biociências, um tipo de “mosaico de peças desmontáveis”. Teríamos perdido a noção de unidade corporal, pois por meio da separação ter-se-ia a fantasia de um maior controle sobre os seres humanos. Daí emprega a autora o termo “órgão sem corpos”, os órgãos, e em nosso caso o útero, predominariam, passariam a ter vida própria e isoladamente, teriam tornado-se ponto de atenção e de controle social e médico.

Perde-se a unidade corporal e, com ela, uma espécie de profundidade dos corpos, tudo teria se tornado superfície, microscópico, segmentado. Segundo Martin (2006), outra antropóloga que analisou o nascimento na contemporaneidade norte-americana, o útero passou a ser uma máquina e os partos passaram a seguir uma certa lógica fabril. Não contar com o número de contrações esperadas e no tempo pré-determinado pela medicina de manuais teria se tornado disfunção, problema, descompasso e mau funcionamento. Nesse sentido, escreve a filósofa antes mencionada:

... un útero es un utero... En ese caso: ¿por qué no lleva una madre los bebés que su hija logró concebir? Y por extensión, agujero, ¿por qué no pensar que el abdomen de uno, el otro, bien puede equivaler al útero de otra, yo misma? (2000:103)


Se, conforme a mesma, autora:

Hacer bebés es una de las principales preocupaciones de un mundo occidental postindustrial ansioso, en el cual la mayor parte de las mujeres parecen haber optado por el crecimiento de población nulo. (2000:100)

Estaríamos diante de um mecanismo de controle sobre os corpos que recairia sobre a reprodução. Dada a importância da procriação desde a modernidade até os dias atuais e a necessidade de seu ordenamento, os corpos teriam sido, então, compartimentados e um útero teria se tornado um útero, ou ainda mais um útero. Sendo assim, as singularidades de cada experiência de parto e de cada mulher grávida cairiam por terra. Todas passariam a ser consideradas pela mesma lente, um óculos tecnocrático e bastante tecnologizado. Por isso, estaríamos hoje, nos dizeres de Davis-Floyd, submetidos a um modelo de assistência tecnocrático hospitalar.

Se os úteros são tidos como iguais, como mais um e como espécimes de máquinas, como um certo relógio, no ambiente hospitalar o sangue, a placenta e os fluídos do parto são considerados fonte de cuidados, a serem tratados de modo mais asséptico possível. Fontes de contaminação, mas também objetos de descartabilidade. De outro lado, tenho percebido que, para as mulheres adeptas de outros modos de parir que não a cesárea, o sangue, o suor e a placenta abrigam outras significações. Não representam perigo, contaminação e nem mesmo são descartáveis. Digo dessa maneira porque muitas enterram a placenta em casa depois de um parto domiciliar. E mais, a ela são gratas, a respeitam em razão de ter nutrido e acolhido seus filhos antes do nascimento. A placenta é, em muitos casos, reverenciada como símbolo daquela experiência. O suor e o sangue são encarados como pertencentes aquela cena e não recebem a conotação de abjetos, de sujo e de impureza, são tidos como “naturais”. O seguro, para muitas localizado no hospital, para as mulheres de minha etnografia, recai muito mais em suas casas, lá encontra-se sediado, no conhecido e no familiar. Para elas, o útero carrega um quê de sagrado, para nada uma máquina, as contrações são consideradas caso a caso e não como disfunção ou com um timing a ser observado. O útero é muito mais o “ninho”, o acolhimento, o símbolo da maternidade e da mãe do que um relógio.

Trata-se, portanto, de uma outra lógica, de uma outra percepção e de outros universos simbólicos. Cada caso é um caso, cada mulher, cada casal e cada parto, mas de maneira geral, para que os decidiram viver o parto em casa, os significados atribuídos parecem ser bastante diferentes dos conferidos no hospital e pelos médicos. É certo que hoje contamos com profissionais da saúde que possuem uma outra orientação de atuação, muitos são inclusive adeptos do ideário de um parto “mais natural”, mas ainda assim a regra é a da técnica e do manual médico moderno, dito aqui tradicional.

Poéticas femininas e novos feminismos: a criatividade

Diante disso, dessa percepção de que o parto é muito mais do que o fisiológico e de que podemos atribuir outros significados ao que esse acontecimento carrega consigo, gostaria de aqui cogitar a possibilidade de estarmos diante de “linhas de fuga” da prática obstétrica contemporânea. Penso em “linhas de fuga”, na esteira de Deleuze (2007), como possibilidades de escape de uma prática que parece ter se tornado regra. Ou, ainda, como criatividade. Criatividade enquanto poética, enquanto criação e inovação.

Essas mulheres, discordando dos usos e abusos da cesárea, criam estratégias para parir de outros modos, organizam-se, modelam seus corpos, seus cotidianos, sua alimentação e modo de viver. Procuram estetizar o seu parto e apontam para a possibilidade de outros universos simbólicos de corpo, saúde, doença e parto. Plurais passam a ser as perspectivas e posturas numa tentativa de se romper com uma espécie de “normatização” dos partos na atualidade.

Por isso, tendo a enxergar em suas práticas poéticas de parturição, criação e, de certa maneira, algo de estético. Essa postura, embora tenha sido criticada por enaltecer a maternidade e uma idéia de natureza feminina, por outro lado sugere uma outra relação da gestante e parturiente com seu corpo e com o discurso de saber-poder médico. Se o feminismo tem demonstrado dificuldades para abordar a temática da maternidade, poderíamos pensar aqui na existência de um quê feminista, tendo em vista tratar-se também de uma resposta à medicalização e histerização do corpo feminino. Uma reposta às tentativas de controle e de sujeição. Isso porque, “por un lado las emociones y los cuerpos son el espacio de la explotación, de la expulsión, el conflicto y la dominación y, por otro, el territorio de creatividad, goce y autonomía de la vida”.


Referências bibliográficas

BRAIDOTTI, Rosi. Sujetos nómades. Buenos Aires: Paidós, 2000.

DAVIS-FLOYD, Robbie. “The technocratic, humanistic and holistic paradigms of childbirth” In: Internacional Journal of Ginecology and Obstetrics. Internacional Conference on Humanization of Childbirth. Brazil, Fortaleza, 2-4 november 2000, pp. 5-23. Disponível em: www.amigasdoparto.org.br, acessado em 6 de out. 2007.

DELEUZE, Gilles & GUATTARI, Félix. Mil Platôs : Capitalismo e Esquizofrenia. Vol. 1. São Paulo: Editora 34, 2007.

DINIZ, Carmen Simone Grilo. “Humanização da assistência ao parto no Brasil: os muitos sentido de um movimento” In: Ciência & Saúde Coletiva, 10 (3). São Paulo, 2005. pp. 627-637.

FOUCAULT, Michel. Microfísica do poder. São Paulo: Graal, 1993.

MARTIN, Emily. A mulher no corpo: Uma análise cultural da reprodução. Rio de Janeiro: Garamond Universitária, 2006.

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NOGUEIRA, Adriana Tanese. A carne se faz verbo - o parto de baixo risco visto pela ótica das mulheres. Dissertação de mestrado, PUC-SP, 2004.

SALEM, Tania. O casal grávido. Disposições e Dilemas da parceria igualitária. Rio de Janeiro: Editora FGV, 2007.

TORNQUIST, Carmen Susana. Parto e Poder. O movimento de humanização do parto no Brasil. Tese (Doutorado). PPGAS-UFSC, Florianópolis, 2004.

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lunes, 20 de julio de 2009

Dominación y sumisión. El cuerpo como espacio de concreción y disputa institucional. Gerardo Romo Morales

Universidad de Guadalajara

Con el trabajo que se presenta, se da continuidad a una línea de trabajo sobre instituciones y prácticas sexuales alternativas. En esta ocasión se trabaja con sujetos vinculados entre sí a partir de relaciones de “transferencia de poder”, en donde se ponen en práctica roles asociados a la dominación y la sumisión.
La intención es mostrar como el cuerpo, en las posiciones y posturas que adopta a la hora de la interacción acordada en estas prácticas (re)presenta: formas institucionales amplias y hegemónicas de las relaciones sociales más generales (en este caso de dominación), y b) una intención de los actores por modificar éstas.

Se trabaja con la idea de que las instituciones se viven como un complejo entramado de incentivos (positivos) y restricciones (negativas) para el comportamiento de los actores. Que constituyen prácticas que se consolidan cristalizadas en formas organizativas que se estructuran con rasgos que le definen como tales cuando han cubierto, con su forma específica, periodos prolongados de tiempo histórico.
Esta idea que he desarrollado de instituciones, se relacionará con la de “postura” en Giddens para completar el referente teórico.
En términos prácticos, y a partir de que uno de los espacios más socorridos por las personas que interactúan alrededor de estas prácticas es el cibernético, por lo tanto, lo que se presentará para este Congreso será el análisis de la información que algunos de éstos generan, y de lo que resulte de las entrevistas que se realizan, tanto a quienes asumen para el juego los roles de dominantes como de sumisos.

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viernes, 17 de julio de 2009

HOLA A TODOS!

Antes que nada, queríamos agradecer por el incesante envío de trabajos!
Esperamos poder potenciar este espacio de intercambio.

Para eso, les contamos que los trabajos van quedando en orden de fecha de llegada, por lo que les pedimos que revisen las "entradas antiguas" (al margen derecho encontrarán el "Archivo", con todas las entradas, las más antiguas al comienzo).

Ya hay comentarios de algunos trabajos, por eso les recordamos hacer esta revisión de los temas que les interesen, asi podemos intercambiar comentarios.

Esperamos continuar con esta iniciativa sostenida por todos!

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El fortalecimiento de la identidad y las emociones en los alumnos de secundaria a partir del estudio de la ciudadanía. Irma Salazar Mastache

Lic. en Comunicación. C. Mtro. en Docencia y Administración de la Educación Superior
Normal Superior del Estado de México
irlalu@hotmail.com

En esta ponencia se ofrece una perspectiva de análisis sobre las emociones en el proceso de formación de los jóvenes de educación secundaria en el Estado de México que influenciados por estilos de vida ajenos a los suyos, por esquemas consumistas o por escenas y escenarios reales de violencia, injusticias, conflictos, discriminación e intolerancia a la diversidad cultural muchas veces cometen acciones que sobrepasan los patrones éticos y normativos previamente establecidos en sus entornos y otras veces se convierte en seres vulnerables afectando su aceptación personal, su convivencia social y familiar, su rendimiento escolar y/o su baja autoestima. La identidad y las emociones en los alumnos de secundaria son elementos que valdría la pena considerar para fortalecer su desarrollo personal. Analizar esas emociones que sienten los jóvenes de educación secundaria mismas que intervienen en los proceso de enseñanza, aprendizaje y socialización, así como hacer conciencia de la compleja realidad que enfrentan es lo que se pretenden con este trabajo.


La educación secundaria en México se define como el último tramo de la enseñanza básica obligatoria, en este nivel educativo se atienden alumnos entre los 12 y 15 años de edad. Comprendida como el puente entre la educación elemental y la preparatoria, la secundaria se coloca como punto intermedio entre los niveles de educación primaria y educación superior.

En México, la educación básica es obligatoria para los niños y niñas como un derecho gratuito que culmina en la secundaria. La Secretaría de Educación Pública es la encargada de suministrar a los profesores los planes y programas de estudio revisados y modificados con cierta periodicidad para atender las necesidades de la población infantil y juvenil del país. La Constitución de los Estado Unidos Mexicanos consigna: Todo individuo tiene derecho a recibir educación. El Estado – Federación, Estado, Distrito Federal y Municipios- impartirá educación preescolar, primaria y secundaria. La educación preescolar, primaria y la secundaria conforman la educación básica obligatoria (Art 3).

Decretos, reformas, modalidades y planes de estudio han surgido en torno a la educación secundaria en México, desde 1915 que se promulgara de manera formal, hasta 2006 con la Reforma en Educación Secundaria (RES). Ajustando sus planes y programas de trabajo que con la intención de que sean útiles y aplicables a lo largo de la historia, procurando que los alumnos adquieran la preparación académica, los métodos de estudio y la formación necesaria para continuar con su preparación profesional.

Desde 1993 la educación secundaria fue declarada componente fundamental y etapa de cierre de la educación básica obligatoria. Mediante ella la sociedad mexicana brinda a todos los habitantes de este país oportunidades formales para adquirir y desarrollar los conocimientos, las habilidades, los valores y las competencias básicas para seguir aprendiendo a lo largo de su vida; enfrentar los retos que implica elevar la calidad de los aprendizajes, así como atender con equidad a los alumnos durante su permanencia en la escuela y asegurar el logro de los propósitos formativos plasmados en el currículo nacional. http://www.telesecundaria.dgme.sep.gob.mx/formacion/planestudios2006.pdf

Estas disposiciones son importantes, pues además de la legalidad que otorgan conlleva un reconocimiento implícito hacia la diversidad y un compromiso para todos los niños y niñas mexicanos sin distinción de género, raza o situación económica.

Por Ley la educación debiera llegar a todos los niños y niñas del país, sin embargo la realidad nos muestra que no esta al alcance de toda la población infantil mexicana, y aquellos que tienen oportunidad de acudir a las instituciones educativas tienen que hacer frente a una serie de situaciones que giran en torno de su educación.

Conocida hoy como un nivel obligatorio de educación básica, la secundaria reclama nuevos contenidos y formas de realizarse o impartirse. Tal pareciera que los esfuerzos no han sido suficientes, Ynclán (2003:24) puntualiza: a pesar de que hoy todos manejamos un discurso constructivista en la enseñanza, ni la reflexión, ni la negociación, ni el desarrollo del pensamiento crítico han permeado en las aulas de secundaria.

Casi un siglo ha pasado desde que se promulgó la educación básica y aún se respira en las aulas de secundaria un autoritarismo ejercido por los profesores sobre los alumnos (auspiciado por los directivos y supervisores), intentando los profesores transmitir su conocimiento y sobrevivir ante numerosos grupos de adolescentes que frente a la represión buscan formas de rebelarse, encontrándose con nuevos castigos de parte de educadores y tutores que reprimen, convirtiéndolos en seres pasivos, tímidos, sin creatividad, incapaces de pensar en los otros.

Hacemos referencia a una violencia dirigida a jóvenes de secundaria y entre los jóvenes de secundaria, manifestada en diversas formas, violencia que excluye, violencia que discrimina, violencia que arrebata, violencia que manipula, violencia que limita y que no permite que el alumno piense distinto uno del otro, que no permite que reconozca el potencial que tiene y lo que es peor, una violencia que sigue sin tomar en cuenta al sujeto que aprende dentro de sus aulas.

La situación descrita enmarca las condiciones de educación de calidad imposible manifestada en aprovechamiento escolar, debido a la diversidad de violencias, la exclusión, el choque de culturas y las prácticas intolerantes entre individuos. Todo esto genera en los alumnos un cúmulo de emociones a las que los chicos deben enfrentarse en su diario ir, permanecer y venir de la escuela.


Los adolescentes como protagonistas de prácticas sociales

La época de la modernidad que nos esta tocando vivir, reclama cambios vertiginosos en las estructuras de nuestra sociedad, la cual en la mayoría de los casos se ve rebasada por los cambios o avances tecnológicos y sociopolíticos a nivel mundial, mismas que van modificando también nuestra forma de vivir, nuestras creencias, nuestras costumbres y nuestros valores. Este contexto al que nos enfrentamos día a día nos demuestra que los paradigmas que se utilizan en el sistema educativo pierden vigencia y la información por sí misma ya no es suficiente para la formación de los jóvenes. Sin embargo lo que esta en constante proceso de cambio y adaptación son los contenidos educativos y los procedimientos a través de los cuales se educa al otro. Lo esencial en la educación no ha cambiado con el correr de los años: la acción entre humanos, unos que enseñan y otros que aprenden. Entonces que es la educación sino una práctica social.

Las “buenas prácticas” que pretenden enseñar en la secundaria terminan ahí mismo, dentro del mismo plantel educativo. Por un lado se les pide a los adolescentes que practiquen valores, que respeten y que sean tolerantes con sus compañeros y con sus familiares. Por otro lado los profesores se dan por bien servidos al enseñar a sus alumnos todo lo referente a valores, les hacen dictados, esquemas, dibujos y hasta exámenes escritos para cerciorarse que hayan aprendido eficazmente la clase. Respondiendo así a la necesidad social de fortalecer los valores en las personas desde su etapa de aprendizaje escolar.

La deshumanización ha penetrado en el ámbito educativo: para los docentes el cumplir con el cúmulo de trabajo administrativo y la demanda de alumnos en las aulas propicia que las propuestas sugeridas por la parte oficial, con las mejores intenciones de mejorar la calidad educativa tiendan a convertirse en lineamientos normativos, los cuales en la mayoría de los casos son vertidos en los alumnos tal cual se presentan de manera escrita a los docentes, dejando a un lado las relaciones interpersonales, la socialización, los valores, la creencias y las emociones de nuestros estudiantes, provocando consiente o inconscientemente una educación homogénea que no da oportunidad para reconocer, observar y analizar las distintas reacciones que estos programas sugeridos para mejora educativa provocan entre los diversidad de alumnos.

En la actualidad se habla de “una pérdida de valores” cuando se observan conductas delictivas, deshonestas e indignas entre los adolescentes. Los adultos se miran a los ojos unos a otros para buscar culpables condenando a la familia, a la escuela y a los medios de comunicación. Se habla también de que el mejor lugar para aprender los valores es la familia y los padres los principales responsables de transmitir con su ejemplo el respeto, la responsabilidad, el orden, la cortesía y los buenos hábitos. La escuela, por su parte debe cuidar los valores adquiridos en la casa y fortalecerlos.

…el niño se encuentra a merced de sus maestros. Se le ha forzado debido a su falta de experiencia y aprovechando su dependencia, a confiar en sus maestros y aceptar el mundo que le ofrece como una realidad (Buscaglia, 2002:63).

La noble tarea de la educación estriba en enseñar a vivir, ¿cuántos de los alumnos que repiten de memoria nuestras clases sobre español, matemáticas, historia o ciudadanía son capaces de afrontar con éxito los retos de la vida?, ¿cuántos de los que pasan todas sus asignaturas con calificaciones aceptables han logrado crecer en comprensión, sentido del deber y responsabilidad? La gran tarea de los profesores es enseñar conocimientos y al mismo tiempo desarrollar habilidades en sus educandos, pero lo más importante es prepararlos para ser hombres y mujeres concientes de su realidad, seguros, tolerantes ante las diferencias de sus compañeros y capaces de hacer de la diversidad cultural un enriquecimiento personal.

Nuestro interés pondera en los adolescentes como protagonista de prácticas sociales dentro de su institución educativa, mismas que generan cambios según su estado emocional y se detienen en los procesos de socialización que conforman su identidad colectiva, su autonomía, su autoestima y su toma de decisiones

La formación no formal de los jóvenes… todo un reto para el profesor

Desde el cristal de la dirección se observan los pasillos y patios de la escuela secundaria tranquilos, sin alumnos; panorama suficiente para que se piense que la escuela esta en completo orden y que la persona que esta sentada detrás del escritorio es un buen director porque tiene todo bajo control, todos sus profesores impartiendo clase dentro de sus grupos y todos los alumnos dentro de sus salones. Pero cuál es la realidad que impera dentro de esas aulas de clase?,

Las diferencias provocan que los estudiantes la pasen no del todo bien en la escuela, propiciando un ambiente escolar donde la conducta intimidante se incrementa constantemente, la discriminación entre compañeros se da a la menor provocación detonando expresiones violentas en las aulas, las exclusiones entre compañeros cada día se vuelven mas habitual, la violencia escolar es parte de la realidad de los alumnos y las emociones se ven afectadas por estas prácticas obstaculizando el propósito de la educación.

La Organización Mundial de la Salud define la violencia como el uso intencional de la fuerza y el poder, sea éste físico o psicológico, para actuar contra sí mismo u otra persona, grupo o comunidad, lo que provoca un daño que puede ser físico, psicológico o social (Elliott, 2008:21).

Durante los últimos años ha ido en incremento la violencia escolar casi en la misma medida que la violencia intrafamiliar. Intimidar, someter, amedrentar y oprimir a los compañeros del grupo son solo algunos sinónimos de lo que se conoce como bullying; reconocida como la manifestación más elevada de violencia que existe dentro de las instituciones escolares cuando una de las partes no esta dispuesta a hacer valer sus derechos o garantías y permite que se manifieste la desigualdad entre compañeros.

La mayoría de los jóvenes se asustan ante prácticas de intimidación, exclusión u hostigamiento, son llamados con apodos, y sus pertenencias son robadas por sus compañeros, las risas provocadas por algún malestar físico, por no acertar a la respuesta solicitada por sus profesores o por tener algún accidente al interior del aula es suficiente para ser blanco de burlas al igual que el incorporarse de manera extemporánea a la institución o el ausentarse por semanas de clases por motivos de salud, situaciones que agravan las posibilidades de exclusión entre los alumnos.

…no solo se trata de saber de qué estamos hablando, sino de cómo evitar o transformar el problema para lograr que la escuela siga haciendo su función social de educar para la vida, la salud, los valores democráticos y el respeto a los derechos humanos, lo que queda dañado cuando se toleran agresiones gratuitas como las que implica el bullying. (Elliott, 2008:22)

En las últimas décadas la educación ha sostenido una relación nada sencilla con los medios de comunicación. Fomentado más la desconfianza, la acusación, la transculturación, la deshumanización que la aceptación y el reconocimiento a los demás, los medios de comunicación siguen siendo fundamentales en la vida de los jóvenes participan directamente en la construcción de su identidad. Influyen sobre la noción de género, sobre el sentido de clase, de raza, de nacionalidad, sobre quiénes somos nosotros adultos y quiénes son ellos. Las imágenes de los medios de comunicación organizan en gran parte la visión de su mundo y de sus valores y sentimientos: dictan sobre lo que es bueno y lo que es malo; lo que es positivo y lo que es negativo; lo que es moral y lo que es inmoral. Los medios indican cómo actuar ante determinadas situaciones sociales; proponen qué deben pensar, qué deben sentir, qué deben creer, qué deben desear y qué deben temer. Les ofrecen ideas de lo qué es ser hombre y qué es ser mujer, de cómo vestirse, de qué deben consumir, les dan recetas para ser populares y evitar el fracaso, de cómo reaccionar ante diversos grupos sociales, normas, e instituciones. Toda una institución con más ventajas que la institución educativa, pero encontrar el punto medio siempre es posible.

Gran parte de los programas televisivos, del cine comercial, de los espectáculos, en vez de fomentar la conciencia, la armonía, la cooperación en el hombre y la mujer, promueven la idea de una vida, de inicio a fin, basada en la sexualidad y la violencia. (Alvarez, 2007:9).

Entre prácticas violentas, exclusiones y medios de comunicación las emociones en los jóvenes se encuentran a tope, la realidad que viven al cruzar el pórtico de la secundaria no es fácil para ellos; y se habla de crisis en educación porque no se cumple con los promedios esperados a nivel mundial, se habla de crisis en educación porque los profesores no ganan económicamente como deberían, se habla de crisis en educación porque los padres de familia se quejan del poco rendimiento de los docentes, se habla de crisis en educación porque los profesores no quieren dar de tiempo para actualizarse, se habla de crisis en educación porque los alumnos no participan en clase, no cumplen con tareas y no trabajan dentro de las aulas. Se habla de crisis en educación porque los jóvenes ¡ya no respetan a nadie!, ¡yo no les interesa nada!.

Como propuesta, ver la parte humana de los alumnos

Los jóvenes necesitan al igual que los niños y cualquier otro ser humano un ambiente adecuado donde poder encontrar estabilidad emocional. Una emoción es un estado afectivo que experimenta el ser humano, una reacción subjetiva al ambiente que generalmente viene acompañada de cambios orgánicos (fisiológicos y endocrinos) de origen innato, influidos por la experiencia.

En palabras de Alexander Lowen las emociones son hechos corporales, son literalmente movimientos o alteraciones dentro del cuerpo, que generalmente se traducen en alguna acción exterior (Lowen, 2006:53).

Las emociones van acompañadas de diversas expresiones físicas, existen una serie de reacciones emocionales que pueden ser llamadas sociales, porque en la producción de las mismas intervienen personas o situaciones sociales.

…La ira produce tensión… se conoce a un individuo irritado por su cara sonrojada, sus puños apretados y la contracción torva de su boca. El afecto o el amor suaviza todos los rasgos fisonómicos y llena de calor la piel y los ojos. La tristeza presenta un aspecto decaído, como si la persona estuviese a punto de romper a llorar (Lowen, 2006: 53)

Cada persona vive una emoción de forma particular, dependiendo de sus experiencias anteriores, aprendizajes adquiridos y tipo de carácter, lo cual nos habla de una diversidad emocional. Pero cómo impactan las emociones de los jóvenes en sus distintos entornos sociales?, basta mirar en cualquier aula de clases para respondernos. Para los jóvenes el factor emocional lo es todo en su vida, sonríen y se deprimen, lloran y cantan todo al mismo tiempo; por eso se dice que “nadie los comprende”. Los jóvenes actúan según se sienten emocionalmente y eso incluye el aula de clases y se rendimiento escolar.

Se puede decir entonces que las emociones son una combinación de aspectos psicológicos, fisiológicos y sociales que combinados responden de forma inmediata a comportamientos diversos entre los humanos. Los alumnos responden de manera violenta ante situaciones agresivas lo que genera incremento de violencia en las aulas de clase. Pero también las emociones conectan al alumno con una cultura y con una identidad, las emociones son todo un estilo de vida que ayudado por los distintos lenguajes (oral, escrito, mímico, corporal, musical, grafico) se convierten en símbolos externos que expresan sentimientos internos.

Fomentar la identidad y el manejo de las emociones en las aulas de clase puede sonar algo fuera de los tópicos de cualquier asignatura o plan y programas de estudio; pero aprovechar las materias ya establecidas en el currículo de secundaria y que tienen que ver con el ámbito social como Formación Cívica y Ética o Formación Ciudadana es factible de hacerse siempre y cuando se quiera. Todos tenemos emociones, y después sentimientos y estados de ánimo porque evolutivamente la emoción precede a los sentimientos y a los estados de ánimo. Los estados de ánimo son individuales pero dado que son contagiosos pueden hacerse colectivos.

Como educadores creamos una atmósfera característica en la que los niños se sientan orgullosos de sí mismos, logren dominar sus propias vidas y adquieran las habilidades que necesitan para la adultez. Es nuestro deber proporcionales el refugio donde sea posible practicar estas habilidades, especialmente cuando la casa y la comunidad carecen de calidez y compasión (Elliott, 2008:262)

En resumen, el tomar en cuenta a los jóvenes como humanos dentro de las aulas es tomar en cuenta sus emociones en el proceso de enseñanza lo que dará como resultante una mejor aprendizaje y aprovechamiento escolar. El introducir disciplinas artísticas podría ofrecer a los alumnos los recursos para conocer los distintos lenguajes con los que sus compañeros expresan sus emociones y sentimientos

Manejar las emociones con los alumnos encima de toda la carga administrativa no será fácil para los profesores pero puede invertir la situación de crisis en las aulas de clase y al mismo tiempo colaborar para formar una ciudadanía que sea consiente de las emociones que se generan en los otros para que sepan elaborar respuestas de forma crítica y reflexiva.

En veinte años los niños y jóvenes se acordarán muy vagamente de lo que vieron en sus clases pero lo que jamás olvidarán es la forma de ser de sus maestros, cómo los trataron y el ejemplo que les dieron

REFERENTES
* Alvarez, Lozano Jorge Luis (2007). Un mundo sin educación. Driada, México
* Buscaglia, Leo (2002). El Amor. La experiencia más importante en la vida. Diana. México
* Elliott, Michele. ( 2008). intimidación. Una guía práctica para combatir el miedo en las escuelas. Fondo de Cultura Económica. México
* Lowen, Alexander (2006). Bioenergética .Diana. México
* Ynclán, Gabriela. (2003). La secundaria: una escuela de ayer para jóvenes de hoy. Educación 2001, n93, febrero, pp 23-26
* http://www.telesecundaria.dgme.sep.gob.mx/formacion/planestudios2006.pdf

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Las sexualidades en el espacio universitario: dos escrituras. Rafael Blanco

Proyecto UBACyT “La experiencia universitaria. Estudios sobre la universidad pública” y Grupo de Estudios sobre Sexualidades- IIGG-UBA
GT 26- Sesión Asociada: Sexualidades Contemporáneas.

En los últimos años, especialmente en la ciudad de Buenos Aires, se vienen produciendo fenómenos de visibilización y movilización de prácticas y discursos relativos a la sexualidad que han marcado una progresiva intervención en el espacio público. Sin embargo, la dimensión que estos procesos adquieren en la vida cotidiana de las instituciones constituye un elemento menos explorado. Así, el objetivo general del proyecto de tesis doctoral en el que esta presentación se inscribe es interrogar cómo se hacen presentes las sexualidades en el espacio universitario, a partir de la idea de que estas se construyen socialmente también en la universidad...

...hecho poco explorado en la medida en que las investigaciones que cruzan sexualidad e instituciones educativas se han concentrado en la escuela como objeto privilegiado, institución opaca, lo que tal vez haya redundado en cierta ilusión de transparencia en el nivel superior del sistema educativo. Este enfoque supone, por un lado, pensar a la universidad no sólo como un lugar de impartición de saberes científico- profesionales sino también como un espacio de socialización cultural y de constitución de subjetividades. Por otro, implica plantear la pregunta respecto a cuáles son las formas de normatividad y la regulación de la vida social que operan en esta institución.

Así, en esta presentación busco dar cuenta del análisis desarrollado sobre una de las dimensiones de análisis del proyecto: la espacialidad de las instituciones, tomada como espacio vivido en el que se producen y habilitan determinadas relaciones sociales. Me centro en dos conjuntos textuales. Por un lado, la discursividad política en la que se pone en relieve la agenda política del movimiento estudiantil (y por lo tanto, las ausencias). Esta permite establecer la pregunta respecto de la dimensión enunciativa de esos discursos, es decir, los modos en que estos interpelan: quién es el destinatario, cuáles son las características del decir que predominan. Por otro lado, un segundo grupo lo constituyen las escrituras ligadas al deseo, el erotismo y la afectividad, replegadas en su espacialidad a "pequeñas inscripciones": bancos, paredes exteriores y baños en los que se intercambian mails, teléfonos, descripciones físicas o citas sexuales en espacios de la facultad, generalmente entre personas del mismo sexo. Las figuras del grito y el susurro pueden graficar las diferencias en el tono de estas dos discursividades en el que lo alto y público (abierto) constituye el territorio de los discursos legítimos, predominantes, autorizados en su enunciación (más allá de la radicalidad de sus contenidos) por contraposición al lugar de lo bajo y lo privado en el que se pone en escena no sólo los términos en los que se desenvuelve la socialidad no heteronormativa sino también el funcionamiento de un determinado mercado lingüístico.

Es a partir de estos dos conjuntos que busco dar cuenta del modo en que, a través del lenguaje, se hacen presentes las sexualidades ya sea de manera objetivada en las tipificaciones del mundo social, ya sea porque el lenguaje permite también dimensionar la magnitud de los silencios.

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“LO QUE ESTA ADENTRO ESTA AFUERA”. Dalia Marina Chargoy

El acoso moral, factor psicosocial de desestructuración emocional

NUESTRAS EMOCIONES SON DE FUNDAMENTAL IMPORTANCIA, ESTAN RELACIONADAS DIRECTAMENTE CON RESPUESTAS ASERTIVAS, O NO, QUE CADA SER HUMANO APORTA EN SU AMBIENTE.
LA DISOLUCIÓN DE VINCULOS AFECTIVOS IMPACTAN FRECUENTEMENTE DIVERSOS AMBITOS RELACIONALES, LOS INDIVIDUOS MANIFIESTAN AISLAMIENTO, DANDO MENOR IMPORTANCIA AL COLECTIVO, INCLUSO AFECTANDO CONCIENTE E INCOCIENTEMENTE, EL ADECUADO FUNCIONAMIENTO GRUPAL.

HOY HAY MAYOR NÚMERO DE PERSONAS QUE PADECEN DEPRESIONES REACTIVAS (no endógenas) PROVOCADAS POR VIVENCIAS BIZARRAS EN LA RELACIÓN DE PAREJA; RIESGO REAL QUE CONLLEVA A LA PARALIZACIÓ EMOCIONAL, E INCLUSO A MANIFESTACIONES PSICOSOMATICAS, ADICCIONES Y FORMAS AUTODESTRUCTIVAS EXTREMAS; DE IMPACTO IRREVERSIBLE EN LO FAMILIAR
EXISTE PREOCUPACIÓN POR LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR, QUE REQUIERE DE ACUCIOSA OBSERVACIÓN PARA IDENTIFICAR, LOS SIGNOS QUE DELATAN UNA RELACIÓN ABUSIVA. LAS SECUELAS SON ALARMANTES, EL MIEDO CRONICO SE ESTABLECE E INVADE LA VIDA PERSONAL CON GRAVES REPERCUSIONES SOCIALES
LA GRUPALIDAD NECESITA DE NUESTRA FUNCIONALIDAD, RESULTANDO EN BIENESTAR PROPIO Y DE OTROS.EL SUFRIMIENTO EMOCIONAL ES UN OBSTACULO PARA UN PROCEDER PRODUCTIVO Y CREADOR. AQUÍ REVISAREMOS, EL VINCULO QUE SE ESTABLECE DESDE EL ACOSO MORAL, PATOLOGÍA EXTENDIDA, QUE COMPROMETE LA SALUD EMOCIONAL, FÍSICA E INTEGRAL, A LA CUAL TODO SER HUMANO TIENE DERECHO DE GOZAR EN PLENITUD, Y DE LA QUE LA SOCIEDAD CREADORA SE NUTRE.

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jueves, 16 de julio de 2009

TECNOLOGIA E FANTASIA: UM ESTUDO SOBRE O CONSUMO DOS PRODUTOS AVON Roberta de Sousa Melo

Universidade Federal de Pernambuco
meloufpe@gmail.com

Corpos anabolizados, cirurgias cosméticas, uso de próteses, malhação exaustiva, perfurações no corpo, técnicas de suspensão corporal, dietas milagrosas, pele alterada pelo uso de cremes, etc: o corpo natural passa por vários processos de manipulação e modificação. Muitos teóricos vêm se interessando pelos impactos dessas inovações: Featherstone nos oferece reflexões sobre a flexibilidade e mutabilidade das barreiras e limites do corpo, fenômenos possibilitados por esse inovador arsenal tecnológico. Teóricos da contemporaneidade, como Giddens e Turner, apontam para a idéia de uma liberação social, cultural e sexual através da transformação do corpo, o que vem gerando mudanças significativas na natureza da identidade e na construção do self.

As estatísticas de estudos do mercado consumidor brasileiro corroboram o crescente investimento desses aparatos tecnológicos sobre o corpo. Dentre seus reflexos, interessa-nos o consumo dos produtos da indústria cosmética, que engloba os setores de higiene pessoal, perfumaria e cosméticos. No contexto de aliança entre o desenvolvimento tecnológico e a melhoria da estética corporal, nosso interesse recai num grupo específico: o de consumidoras dos produtos da revista Avon. Trataremos do uso de certo tipo de tecnociência cuja proposta principal, pelo que pudemos observar, é de melhorar a aparência e a performance corporal. Tais técnicas incitam, ao mesmo tempo, a busca constante pela preservação do vigor, da juventude, da beleza e da aparência saudável. Não se trata de uma tecnologia de alto impacto, como as cirurgias plásticas, por exemplo. Entretanto, o grande investimento nesse setor da cultura tecnológica, bem como o constante crescimento e popularização apontados por especialistas da área legitimam a importância de seu estudo. A Avon é líder mundial em venda direta de cosméticos e produtos de beleza, contando atualmente com mais de cinco milhões de revendedoras, atuando em 140 países.

De acordo com seu site, a empresa possui centro próprio de pesquisa e desenvolvimento, prezando por inovações em suas linhas de produtos. Ao mesmo tempo em que se define como uma empresa importante no setor farmacêutico de higiene e cosméticos, afirma ser a companhia que melhor entende e satisfaz as necessidades de produtos, serviços e auto-realização das mulheres no mundo todo. Autoridade técnica e os desejos do corpo e da alma se mesclam claramente nesse contexto. Buscamos aprofundar a análise do discurso tecnológico utilizado pela empresa, investigando como a tecnologia é vendida nesses produtos, e como o discurso é assimilado pelas consumidoras que criam nele expectativas afetivas. Vislumbramos um contexto cultural onde a tecnologia alia-se aos desejos das consumidoras, permitindo-nos contemplar um universo misto de técnica e fantasia. Atentamos para a credibilidade que elas depositam em tais técnicas para atingir seus objetivos, buscando, simultaneamente, o caráter fantasioso do processo no qual elas criam expectativas de manipular sua estética no intuito de construir o corpo dos seus sonhos. Isso nos permite perceber elementos que apontem para os significados atribuídos ao corpo tecnologicamente investido como instrumento de intervenção no mundo social.

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