miércoles, 29 de julio de 2009

Las emociones y los cuerpos del discurso oficial. Una etnografía de la gestualidad dentro de las políticas de la calidad educativa. César Correa Aria

Profesor Investigador CUCEA. Universidad de Guadalajara
cesarca@hotmail.com

El discurso de la calidad educativa se ha constituido desde las últimas dos décadas en el lenguaje oficial y central de las instituciones de educación superior en todo el mundo. Se trata de la instauración de una gramática global homogeneizante que pretende la institucionalización de nuevas formas de ser, estar, pensar y hacer de los sujetos miembros de estas instituciones. Este discurso oficial global y globalizante, instituido e institucional pretende orientar la acción de los sujetos mediante una retórica persuasiva, basada mayormente en la promesa y provisión de emociones placenteras que se generan gracias a la acumulación de capitales económicos, sociales y culturales. El atesoramiento de estos capitales da forma y soporte a los imaginarios del éxito, la excelencia y el prestigio, bajo el influjo de una racionalidad que superpone la conciencia de las cosas por encima de la conciencia de sí mismos.

El proceso de institucionalización de la gramática de la calidad educativa en los sujetos que componen la comunidad educativa, se difunde mayormente, a través de la norma, del control institucional y del auto control de los sujetos. Esta gramática se inscribe en el cuerpo de los sujetos aglutinándolos en torno a la institución y haciéndolos finalmente, institución. Les empuja a pensar que son dueños de sus cuerpos, de sus emociones y sus deseos, y que son garantes de su propio destino. Allí la auto realización toma la forma narcisista de la individualidad y la distinción. Esta situación posibilita de una parte, nuevas formas de identificación de sí mismos y de los otros a través de una iconografía que tiene por objeto remarcar el status, el prestigio y el nivel privilegiado que esa ontología de la calidad les ha aportado; de otra parte, producen nuevos gestos (posturas) sociales que producen nuevas formas de interacción social entre los portadores de la calidad y los que no los poseen.

Se produce una mutación identitaria que conduce a los sujetos a identificarse a sí mismos y a los otros por la visibilidad y reconocimiento que producen los capitales que acumulan y despliegan. Se reconocen como hijos de una tradición que los adscribe a una institución donde sus emociones y sus cuerpos están supeditados a las nomias y los telos que instituye el discurso oficial de la calidad educativa y donde el reconocimiento se deforma.

Esta investigación realizada en torno a los académicos de universidades mexicanas muestra las configuraciones sociales de estos sujetos, a través de una etnografía de los gestos de los sujetos de calidad y de una tarea hermenéutica-fenoménica en los relatos de sus trayectorias sociales, profesionales y los itinerarios de formación a la luz de la calidad educativa. En el análisis se evidencian nuevos dispositivos de control social, así como nuevas formas de socialización entre aquellos reconocidos y beneficiados por la calidad y aquellos que no lo son.

Palabras claves: Educación superior, calidad educativa, reconocimiento, emociones, cuerpo y gestos de la calidad.

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